Ubicada al final de una privada en un terreno de 1,200 m, con una de las más privilegiadas vistas hacia el sur, hacia la Sierra Madre.
Los clientes solicitaron una casa con un programa de necesidades amplio pero en lo que mas hicieron énfasis fue en la forma en la que querían vivir la casa. Requerían de una casa que se pudiese transformar y ampliar hacia el exterior pero conservando la privacidad desde el exterior.
Para esto, se propuso desde inicio una casa en forma de escuadra abriéndose en su totalidad hacia el interior de la propiedad.
Por el exterior, la escuadra se enfatizo mediante dos grandes muros que atraviesan la casa de lado a lado. Estos muros además de delimitar los espacios, separan las áreas de circulación del resto de las áreas a lo largo de los mismos muros.