La arquitectura no solo existe en el paisaje, también es paisaje.
Hotel Live Aqua fue diseñado con el propósito de ser un edificio artífice en diálogo con la geografía y herencia cultural de San Miguel de Allende, una de las más populares y bellas ciudades de México, nombrada "Ciudad Patrimonio Cultural de la Humanidad" por la UNESCO.
En Live Aqua se rinde un tributo a la arquitectura mexicana con un enfoque holístico mediante el plan maestro para la activación del área cultural de la zona, a través de un diseño arquitectónico y de interiores muy sobresaliente.
De una estructura existente en abandono inspirada en una hacienda mexicana se partió sobre un lenguaje moderno de arquitectura, respetando la identidad del lugar, adjuntado nuevos volúmenes con calidad estética fiel a lo esencial de la ciudad y su entorno. Los ecos de ayer fueron instalados como cimentación de lo contemporáneo.
La entrada del Hotel es una plaza–galería urbana de múltiples niveles con esculturas de Javier Marín, integrando el desarrollo con el tejido urbano. El sentido de llegada aumenta después de pasar la puerta antigua de madera maciza y llegar a un espacio de doble altura con plafón de celosía de acero que alberca la panadería del hotel. Desde aquí el recorrido nos lleva a través de una escalera-fuente inspirada en obras de Escher, a la vez los patios íntimos están adornados con arte contemporánea, los espacios abiertos están orientados al entorno de la Presa de Obraje y el paisaje rocoso de las colinas.
Los patios y plazas tienen las funciones de espacios distribuidores y albergan diferentes amenidades, restaurantes de diferentes ambientes, mezcalería con vistas increíbles, SPA subterráneo, salones de eventos y zona de alberca.
El límite entre la intervención y el paisaje se difumina por la amplia colección de cactáceas endémicas de la región.
El concepto de resonancia entre lo antiguo y lo actual está presente también en la solución de las 153 habitaciones, distinguidas por una gran variedad de soluciones de acomodo, compartiendo la idea de espacios amplios con limites difuminados, permitido por la creación de baños como parte misma de la decoración, dividiéndolos solamente con una mampara de cristal, permitiendo así que pase libremente la luz sin quitarle aire al espacio.
La cama tiene una cabecera de madera tropical que es un elemento ordenador dando ley al espacio haciendo que todo calce en su lugar.
El carácter de los espacios está marcado por el uso de madera y ladrillo en plafones y el tradicional mosaico mexicano en muros. Múltiples detalles como luminarias colgantes arriba de tinas, fueron realizados en colaboración con el equipo de diseñadores mexicanos.
La importancia de la escala humana del proyecto está expresada en la disposición horizontal del programa funcional del hotel, los espacios rodean plazas y patios ofreciendo recorridos atravesando múltiples planos, buscando remates visuales, permitiendo el descubrimiento gradual del edificio.
El gran espejo de agua del área de eventos del hotel, refleja a la ves la arquitectura y el entorno, unificándolos en sus reflejos.
El paisaje se traduce en texturas de materiales y volúmenes de arquitectura, creando sentido y carácter emocional de espacios.
El diseño de Live Aqua San Miguel de Allende redefine el significado de alojamiento turístico como un producto cultural que promueve la experiencia del huésped, conectándolo con la historia y la cultura del lugar. Funciona como segunda piel sensible que permita experimentar la belleza mística y fuerza de este lugar único.