Las Verdades de los Arquitectos: Carlos y Jerry Pascal
Por Arq. Alejandra Aguilera
Editorial
Cada arquitecto tiene buenas razones para sostener su verdad en arquitectura o por lo menos para expresar cómo deberían ser las cosas en los asuntos del diseño. Los Pascal, Carlos y Gerry, desde luego, también tienen sus argumentos para proyectar de determinada manera y los esgrimen con seguridad y aplomo para lograr los atributos de sus espacios.
Para el eventual espectador de su obra, la primera impresión que salta a la vista es el amplio espectro de su lenguaje arquitectónico; lo mismo se expresan en un sobrio racionalismo vanguardista que en un eclecticismo con motivos históricos reinterpretados, y en ambos se mueven con soltura.
Su explicación para esta actitud es que cada persona necesita «algo» distinto.
Transparencia, ligereza y otros temas muy frecuentes en la edilicia de aspecto racionalista actual, no les quitan el sueño a los hermanos Pascal. Ellos tienen en mente otros temas. Exploran la magnificencia o la expresión del lujo. Elegancia, suntuosidad y solemnidad, están presentes en sus trabajos, en parte porque así lo demandan los géneros arquitectónicos en que se han desenvuelto, pero también porque son proclives a ellos y forman parte de su código básico de trabajo.
Los materiales de acabado final siempre son elementos protagónicos en la composición del espacio, aunque siempre se acompañen de discreta ornamentación y manejo dramático de la luz.
Según parece, ellos han aprendido que cuando de lograr una atmósfera de lujo se trata, el lenguaje del racionalismo empieza a tener algunos problemas para expresarse o sus respuestas son tan sutiles que no se aprecian. Su proposición para ese problema es que el eclecticismo suele ser más eficaz y contundente.
Con frecuencia sus lugares son brillantes y glamorosos y dan forma a un estilo de vida de máximo confort donde predomina la estética; son además propuestas de cómo se puede crear un clima de domesticidad acogedora, dónde se rechaza el espacio abierto, a cambio de la intimidad, ese valor tan olvidado en las propuestas vanguardistas de diseño.
Las residencias de los Pascal expresan así un anhelo de recuperar los prestamos del pasado como una ofrecimiento para resolver aspectos que otras arquitecturas prefieren ignorar, sin olvidar cuando la ocasión lo requiere, la serena discreción de construcciones austeras, al mismo tiempo sus edificios de oficinas exhiben el dominio de las tipologías y siempre a través de una materialidad precisa.
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