Los Cubos


Los Cubos

Dos Sólidos Flotando


Me parece que nuestro trabajo es una búsqueda permanente, un cuestionamiento constante acerca de lo que es esencial.

En mi caso, hoy tengo alguna certeza en relación con lo que busco; hoy sé que en la luz y en el espacio radica la forma de lo que vemos, nuestro concepto del tiempo. A la luz y el espacio están ligadas nuestras afirmaciones y negaciones, así como buena parte de nuestro estado emocional.

Lo que percibimos en la arquitectura es una consecuencia de esta relación; las formas son un resultado bueno o malo de lo que el espacio y la luz ordenan. Sin embargo, en más de una ocasión debo aceptar que me dejé llevar por la forma, y no sé si con el resultado que esperaba. Éste ha sido el caso de obras como El Pedregal y Los Cubos, en donde existe una relación muy estrecha con su exterior, con la calle: el espacio urbano que me mostró la posibilidad de empezar de afuera hacia adentro.

Lo que busco tiene más que ver con las proporciones que con el tamaño (aunque este último siempre ayuda). Para mí la escala psicológica es la más importante, pues aunque no es real es verdadera. De ahí partió el concepto de la caja de luz: un espacio de muy pequeñas dimensiones reales aunque de enorme escala en términos de percepción. Un cubo cuyo vestíbulo principal convertí en una caja negra, una oquedad sin luz, para cerrar totalmente el espacio y hacer del contiguo inmediato otra enorme caja, esta vez de luz: un cuerpo de cristal, transparente, que abre hacia el barranco. Claustrofobia y vértigo, dos estados de nuestra mente en dos espacios de un solo transcurrir.

"Los recorridos en la arquitectura son, en mi opinión, los tiempos que el espacio arquitectónico requiere. A eso me refiero cuando afirmo que la arquitectura es la forma en que el tiempo, el espacio y la luz dialogan entre sí y le responden a un entorno."

Miguel Angel Aragonés












Subir