La destrucción provocada por el huracán Kenna en octubre de 2002, brindo la oportunidad de renovar la arquitectura y el diseño de interiores de las áreas publicas que se encuentran en los niveles inferiores del conjunto, los alcances de trabajo incluyeron: el motor lobby, lobby, recepción (front desk, concierge, store, guest services), cinco centros de consumo de alimentos y bebidas, centro comercial, la nueva área de exposiciones y convenciones.
Partiendo de la estructura original del año 1980, se creó un nuevo concepto de espacios y luz, con líneas limpias y muros libres, de gran sencillez formal, en un estilo mexicano contemporáneo, el cual, acentuado por el carácter tropical de playa y el mar sirvieron de marco al diseño de interiores.
El concepto implicó la utilización de la mano de obra de artesanos mexicanos, en el marco de una arquitectura de tecnología actual dando por resultado grandes contrastes en materiales, texturas y colores, destacan elementos como “la villita” en la que la enorme palapa se resolvió con una estructura de concreto y acero de alta tecnología, haciendo contraste con la técnica de los morillos de madera y el tejido de palma de la techumbre, que se emplean desde nuestra arquitectura prehispánica.
Son importantes elementos en el diseño de los pisos, los tapetes trabajados por artísticas manos artesanales, formados por pequeñas piedras de distintos colores que el oleaje deposita en la playa y que fueron utilizadas en geometrías diversas, haciendo un contraste con las grandes placas de tikul y mármol travertino.
Ollas de barro, tradición artesanal prehispánica, enormes casos de cobre michoacanos y discos de metal de tonalá forman murales en el restaurant gaviotas, junto a los equípales nayaritas color tabaco crean un ambiente que si bien es muy mexicano, expresa un concepto étnico contemporáneo.