Marcela Alvizouri


Edición
Banorte IXE

Cada Ciudad Tantos Mundos

Marcela Alvizouri Murillo

Dentro de las colecciones "Ensayo vegetal", "Ensayo sobre la sequía" y "Ensayo Animal"; Ensayo Urbano, "Cada ciudad, tantos mundos" es parte fundamental para entender la obra de la artista mexicana Marcela Alvizouri Murillo.

Plantas minuciosas movidas por el viento, paisajes de cielos azules, árboles negros, pastos quemados, cables con aves, nubes oscuras, ciudades al borde del abismo son los temas de su obra y nos permite reflexionar el rol fundamentalmente humano en su paso por el mundo.

Ella misma expresa: hablo sobre diferentes ciudades, reales e imaginarias y de lo que representa para mí habitar en ellas.

Reflexiono sobre la fragilidad de la vida en esas urbanizaciones, siempre al borde de la absoluta aniquilación, sin planes concretos. Ciudades confusas, apelmazadas en espacios reducidos, absurdos, pero aceptados por todos, intensas, atroces, contaminadas, como cajas apiladas en montañas a punto de caer, en las que solo un mínimo equilibrio parece que las mantiene funcionando. Ciudades llenas de vidas, de mundos, de burbujas azarosas, efímeras, de seres cautivos en sus propias trampas, flotando en el trending topic.

En ésta serie me he apoyado en los cuentos maravillosos de Italo Calvino, "Las Ciudades Invisibles", sobre los relatos imaginarios de ciudades fantásticas que el viajero Marco Polo hace al rey de los tártaros Kublai Kan.



"Despina", la ciudad que podría ser un barco en altamar o un camello en el desierto; "Zaira", ciudad cuyo presente está contenido en su pasado como las líneas de la palma de la mano; "Tamara", ciudad escondida bajo una apretada envoltura de signos; "Eutropia", la ciudad que repite su vida siempre igual, desplazándose en su tablero de ajedrez vacío.

Y dos cuentos de Normairene Matamoros: "19 de septiembre", relato de horror, esperanza y encuentro tras los sismos en Cd. de México y "La Ciudad" una historia de resignación cruel y cotidiana. "Agua por todos lados, papeles como avioncitos volando por allá, girones de ropa por acá, despojos. Un olor a muerte y desolacion entraba por mi nariz y se volvia sabor amargo de polvo y tierra"; "La ciudad como el reflejo del pecado, la que corrompe las almas y destruye la moral".











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