Hoy en día, la capital de Michoacán no sólo es una de las ciudades más reconocidas a nivel nacional e incluso internacional, por su valor arquitectónico y cultural, sino también por las acciones emprendidas desde lo local a favor del cuidado y conservación de los bienes tangibles e intangibles de la ciudad.
Muestra de lo anterior, es que desde hace más de 6 años Morelia es sede de la Octava Secretaría Regional de la Organización de Ciudades Patrimonio Mundial (OCPM) de la América Central, el Caribe y México, representando a 20 ciudades de los 8 países que conforman esta instancia.
Tras más de 30 años de que Morelia fue declarada ciudad Patrimonio Mundial por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, en la actualidad y como resultado de los programas impulsados por el Gobierno Municipal, la Ciudad de la Cantera Rosa ostenta con orgullo este nombramiento, pues no sólo es visible el cuidado de los mil 113 edificios y monumentos del Centro Histórico catalogados con esta denominación, sino que también las políticas de conservación promovidas han traspasado la capital del estado, al procurar beneficios para el resto de las localidades que integran la Secretaría Regional.
Desde la primer Administración encabezada por Alfonso Martínez Alcázar, quién fué el primer Alcalde Independiente, se han intercambiado experiencias a favor de la conservación y mejora del patrimonio con todo el mundo, enalteciendo la belleza de Morelia y las 20 ciudades que pertenecen a esta octava instancia mundial.
Cabe destacar que al formar parte de las Ciudades Patrimonio, la capital michoacana ha abierto las puertas al turismo y al desarrollo, pues así miles de personas han arribado al municipio para conocer riqueza colonial que ofrece Morelia.
En este tenor, en el último año, la Ciudad de la Cantera Rosa pasó del sexto al cuarto lugar en las Ciudades Patrimonio más visitadas, lo que demuestra que cada vez existe mayor reconocimiento tanto al interior del país como en el extranjero, por su legado histórico y cultural.
Y es que apostar por una política de protección de los bienes tangibles e intangibles de la ciudad y sensibilizar y concientizar a los ciudadanos de que se respete este patrimonio otorgado en 1991, es una de las principales prioridades de los morelianos.