Por Yolanda Bravo Saldaña
Adán Paredes (CDMX 1961), arqueólogo, escultor ceramista, artista de las emociones ancestrales que ha encontrado en el barro la manera de expresar su sentir y su relación con el pasado, sobre todo el prehispánico.
El escultor Adán Paredes ha colaborado con diferentes despachos de arquitectura a lo largo de su carrera. Inició con obras de pequeño formato; sin embargo, a fines de milenio la arquitecta Claudia López Duplán, encargada en ese entonces del área de Interiorismo del despacho de Javier Sordo Madaleno, le puso el reto de crear formatos más grandes. El primer encargo fue una serie de 5 piezas de cerámica -objetos totémicos- para el vestíbulo de la Casa Club del entonces en construcción fraccionamiento Bosque Real. Cabe decir que la creación de estas piezas se dio en un momento bastante singular dado que el artista estaba cambiando su residencia de la Ciudad de México a Oaxaca, donde actualmente tiene hogar y su taller Los Alacranes.
Espacio Mítico, Bosque Real Fotografía: Despacho Sordo Madaleno Arquitectos
Faros, Parque Metropolitano
Espacio Mítico, Bosque Real
Fotografía: Despacho Sordo Madaleno Arquitectos
Posteriormente Adán realizó otros trabajos para el despacho Sordo Madaleno, para la propia casa del arquitecto, y algunos más para Claudia López Duplán cuando ella se independiza y abre su propia firma.
Un día, ya en Oaxaca, el arquitecto Ricardo Legorreta estando de visita en la antigua Antequera adquiere una pieza de pequeño formato del ceramista y así, se inicia una relación de cariño y admiración hasta la muerte del arquitecto que después ha continuado con su hijo Víctor.
De los proyectos trabajados con este despacho, mas no realizados, que Adán Paredes recuerda con enorme cariño está el de una enorme estela de 19 metros de altura que sería colocada en una importante avenida de Jerusalén; era un proyecto que Legorreta estaba desarrollando con el famoso arquitecto Moshe Safdie. Desgraciadamente por cuestiones político-religiosas la obra no se logró hacer; sin embargo, fue tal el impacto que dejó en el artista que el actual taller que tiene en Santo Domingo Barrio Alto Etla, tiene las medidas exactas de lo que hubiera sido esa estela.
Piso en Stanford
De esta grandiosa relación con Legorreta+Legorreta, una de las obras más notables que Adán Paredes nos comenta fue lo realizado para la Universidad de Stanford: un piso con más de 4, 600 piezas de cerámica en alta temperatura, tratada como textil, con representaciones tanto prehispánicas como con simbolismos universales que dan cuenta del vasto universo de conexiones que tenemos los seres humanos. Los colores de la obra van de los morados lilas a los azules e iluminan esta zona donde pasan buena parte del día los estudiantes.
Otros despachos han invitado al maestro Paredes a colaborar con obra ya sea de gran formato o mediano para vivienda. Destaca lo realizado en la Casa Tecorrales, en el Estado de México, donde entre otras obras creó un gran ajedrez y un extraordinario caballo de más de tres toneladas que, al verlo, nos recuerda las gestas de equinos famosos del pasado como Marengo, el caballo de Napoleón, o Palomo, el del libertador Bolívar.
Casa Tecorrales Fotografía: Manuel Jiménez
Caballo Fotografía: Manuel Jiménez
Además de colaborar con arquitectos, Adán Paredes ha intervenido en obra colonial de índole patrimonial. Tal es el caso, por mencionar solo un ejemplo, de su pieza Lluvia vertebral, que desarrolló para el Ex Convento de San Pablo en Oaxaca, ahora Centro Cultural. “Es como un gran lomo de ballena; 34 piezas que también recuerdan, si se ven de lado, las anteojeras de Tláloc”, comenta en entrevista.
Otras obras realizadas por el maestro que podemos mencionar en este breve espacio, es el gran mural para el restaurante Chapulín, del Hotel Presidente Intercontinental, con proyecto del arquitecto Rafael Sama y donde revistió 250 m2 con 11 mil piezas hechas a mano por un valioso grupo de jóvenes y mujeres de Oaxaca, donde Adán Paredes, como lo ha demostrado en ya más de 35 años, está comprometido con el barro, con la tierra, y en las últimas décadas, con la gente de la entidad que lo ha arropado.
Lluvia Vertebral Fotografía: Manuel Jiménez