El desafío a Rosemary Martinez al intervenir una casa de más de 1000 metros cuadrados distribuidos en cuatro pisos fue un reto que asumió con entusiasmo y determinación. Los propietarios, una pareja madura sin hijos en casa y con la expectativa de recibir visitas de sus hijos y nietos, buscaban una transformación que se adaptara a su nuevo estilo de vida. El objetivo primordial era crear espacios que fomentaran la convivencia familiar y proporcionaran áreas íntimas y de esparcimiento social. La innovación en este proyecto se manifestó en cada detalle y en la reconfiguración integral de los espacios.
En el sótano, se diseñó un estacionamiento con suelos y paredes de mármol negro, destacando la colección de vehículos de los propietarios. Junto a esta área, se encuentra un espacio social sorprendente, que incluye una barra con una cava en forma de U cubierta de espejos, creando un efecto infinito que invita a la conversación. Las mesas de juego, la sala de TV y la mesa de billar se diseñaron con una cuidadosa paleta de materiales en negro espejo, madera de nogal y piel amarilla, logrando un espacio verdaderamente innovador que inspira la convivencia social.
El primer piso se convirtió en un escenario majestuoso para la integración familiar. La cocina se abrió para unirse con los espacios exteriores, creando una fluidez entre el interior y el exterior. La sala y el comedor se destacan por la cuidadosa integración de materiales y colores, con una mesa de comedor de parota para 16 personas que luce impresionante bajo la luz de una luminaria de cristal color ambar en forma de árbol invertido. La armonía de los cuadros, los tapetes y los detalles en piel de vaca teñida en la misma gama de colores ámbar crea un ambiente sofisticado e innovador.
En el segundo nivel, las tres recámaras reflejan distintos estilos y personalidades. Desde una habitación romántica para las nietas hasta una habitación masculina e industrial para el hijo, cada espacio fue diseñado para satisfacer las necesidades y preferencias de sus ocupantes. La suite principal, es un testimonio de lujo, comodidad e innovación. Dividida en dos áreas complementarias, dividido por mueble con una TV giratoria se convierte en el punto de transición entre el espacio de descanso que inspira con sus tonos suaves y texturas aterciopeladas, y el área de estudio amueblado con sillones italianos orejones y un sofá reclinable cuyo respaldo se convierte en un escritorio.
La suite accede a un baño de mármol negro con una tina rodeada de plantas, evocando un spa exclusivo que combina elegancia y confort. En el cuarto piso, el roof garden y el family room ofrecen un espacio versátil para eventos familiares y futuros momentos con los nietos. El diseño de techos pergolados, áreas de estar y una cocineta se complementa con una vista panorámica excepcional, rodeada de olivos y bugambilias. Este proyecto muestra cómo la innovación junto a la psicologia de los espacios aplicado al diseño de interiores, se ha transformado en un lugar funcional e inspirador para sus habitantes.
